La insulina es la hormona que regula la concentración de azúcar en el torrente sanguíneo. Durante el embarazo es aún más riesgoso controlar los niveles de glucosa en la sangre porque la supervivencia del bebé podría peligrar.

En la diabetes pregestacional las gestantes sufren un aumento  de azúcar y necesitan elevar el nivel de insulina ente las semanas 28 y 32 del embarazo. En ocasiones las medicinas orales equilibran la cantidad de glucosa en el organismo, sin embargo su uso mientras estás embarazada no es recomendado por los doctores.

En el embarazo gestacional se recurre a un medicamento oral para controlar de forma más efectiva la cantidad de glucosa. La insulina es reemplazada por la gliburina hasta el término del embarazo y se sabe que es seguro utilizarla luego del primer trimestre de gestación.

El tratamiento con insulina debe mantenerse durante todas las etapas del embarazo, aún cuando los niveles de glucemia disminuyan en el primer trimestre y mucho más cuando se intensifiquen al aproximarte al cuarto mes de gestación.

Si la cantidad de azúcar en la sangre se mantiene en sus niveles normales tanto tu vida como la vida de tu bebé están a salvo, pero si se reduce (hipoglucemia) o aumenta (hiperglucemia) a pesar de seguir una dieta alimenticia adecuada y practicar ejercicios regularmente, lo indicado es emplear insulina.