La lactancia materna es probablemente la primera gran dificultad que las mamás primerizas deben afrontar. Algunos de los problemas se deben a la incorrecta ubicación del bebé, al estado blando de los pechos, conductos lácteos obstruidos o infecciones mamarias no detectadas o desarrolladas durante el embarazo.
En cuanto a la producción de la leche pueden presentarse dos situaciones extremas. Pues en algunos casos las mujeres tienen una sobreproducción de leche, mientras que otros necesitan analizar a que responde la escasa producción del alimento materno.
Conforme pasan los días el contacto físico con tu bebé empieza a desarrollar cambios en tu cuerpo. Aparecen las grietas en los pezones, dermatitis y otras afecciones como los vasoespasmos, los cuales se caracterizan por el dolor punzante en los pechos y espalda.
Cabe señalar que existen algunas razones específicas por la cuales amamantar a tu bebé podría ser altamente riesgoso para ambos. Estan exentas de hacerlo las mujeres que hayan sido sometidas a una cirugía mamaria, padezcan de enfermedades a los riñones o cardiovasculares, por mencionar algunos casos.