Para evitar los terribles calambres nocturnos durante el embarazo es recomendable mantener una dieta equilibrada y beber abundante líquido durante todo el día.
Los alimentos más recomendables para aliviar las molestias son los lácteos por su alto contenido en calcio, los frutos secos o los cereales, que contienen vitamina E; y los plátanos, que son ricos en potasio pero deben ser consumidos con moderación para no desequilibrar la dieta alimenticia.
Lo ideal es que mantengas una rutina de ejercicios apropiada según el periodo de embarazo en el que te encuentres, evita estar mucho tiempo parada y cambia de posición continuamente para favorecer la circulación.