El crecimiento del vientre es una de las señales más claras del desarrollo de un embarazo, pero en ciertos casos el cambio físico es menos notorio y puede pasar desapercibido.
Pueden suceder 2 situaciones. En la primera es probable que níngún otro síntoma alerte a la mujer sobre su posible embarazo y como en los primeros meses de gestación el crecimiento es casi mínimo, sea más complicado conocer su verdadero estado.
Lo segundo está asociado a la contextura de la futura madre, cuando se trata de una persona obesa el embarazo puede confundirse con un aumento de peso. Y a medida que avanza el embarazo, los movimientos del bebé son confundidos con problemas estomacales. Esto sucede porque el vientre de la mujer es cubierto por una capa de grasa gruesa que inhibe la sensación de las primeras pataditas.
