Esta investigación fue realizada durante las semanas 18 y 36 en un total de 5.810 mujeres embarazadas. En el primer periodo (1 trimestre y parte del segundo) el riesgo fue de un 14% si la ansiedad era controlada, pero si la gestante presentaba un cuadro de estrés superior el porcentaje aumentaba hasta un 53%.
Durante la semana 36, muy cerca al término del embarazo los resultados mostraron que el 17 % gestantes ponía en riesgo a sus bebés cuando su ansiedad era moderada, mientras al tratarse de una crisis de ansiedad mayor, el recién nacido tenía hasta un 65% de probabilidades de padecer asma.
El doctor Vicente Plaza, coordinador del área de asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) comentó que este tipo de estudios son importantes en el embarazo y también en la etapa post parto, donde se ha demostrado que los niños con familiares cercanos muy ansiosos, desarrollan tempranamente “sibilancias” o pitos en el pecho, síntomas iniciales del asma.
Según la investigación británica la ansiedad de una gestante, tiene relación con la interrupción en la secreción de la hormona cortisol, encargada de ayudarnos a manejar las situaciones estresantes en nuestra vida. Este desequilibrio hormonal ocasionaría diversas reacciones en el organismo, en este caso enfermedades como el asma sería uno de ellos.
Esta investigación fue realizada durante las semanas 18 y 36 en un total de 5.810 mujeres embarazadas. En el primer periodo (1 trimestre y parte del segundo) el riesgo fue de un 14% si la ansiedad era controlada, pero si la gestante presentaba un cuadro de estrés superior el porcentaje aumentaba hasta un 53%.
Durante la semana 36, muy cerca al término del embarazo los resultados mostraron que el 17 % gestantes ponía en riesgo a sus bebés cuando su ansiedad era moderada, mientras al tratarse de una crisis de ansiedad mayor, el recién nacido tenía hasta un 65% de probabilidades de padecer asma.
El doctor Vicente Plaza, coordinador del área de asma de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) comentó que este tipo de estudios son importantes en el embarazo y también en la etapa post parto, donde se ha demostrado que los niños con familiares cercanos muy ansiosos, desarrollan tempranamente “sibilancias” o pitos en el pecho, síntomas iniciales del asma.
Según la investigación británica la ansiedad de una gestante, tiene relación con la interrupción en la secreción de la hormona cortisol, encargada de ayudarnos a manejar las situaciones estresantes en nuestra vida. Este desequilibrio hormonal ocasionaría diversas reacciones en el organismo, en este caso enfermedades como el asma sería uno de ellos.
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