La mejor elección: Lactancia materna

Casi todas las futuras madres tienen dudas sobre que tipo de alimentación darán a su futuro hijo, lactancia materna o lactancia artificial. Han oído muchas cosas sobre una u otra, de familiares, de amigas, de sus propias madres, a favor o en contra, ventajas e inconvenientes. Pero no hay ninguna duda: la lactancia materna es la mejor, tanto para la salud y el desarrollo del bebé como para la propia madre. Es más fácil, sencilla, barata y además prácticamente todas las madres están en condiciones de darla conociendo y siguiendo unas sencillas normas.

Las ventajas y beneficios de la lactancia materna sobre la alimentación con biberón son muy numerosas, casi infinitas, y además están científicamente comprobadas. Señalaremos las más importantes:

- Más nutritiva
Al contrario de lo que se suele creer la lactancia materna es más nutritiva que la artificial. Es el mejor alimento que puede tomar un recién nacido y un lactante porque no solo contiene todos los nutrientes que necesita su organismo para crecer y estar sano, sino que además los contienen en la proporción exacta. En la lactancia artificial se usan las leches o fórmulas adaptadas, que se fabrican tomando como modelo la leche materna. Se intenta lograr un contenido en nutrientes igual a los de la leche materna, pero solo se consigue de manera parcial. De hecho se ha demostrado que con la lactancia materna el desarrollo cerebral de los bebés es el ideal. Los niños lactados al pecho tienen mayores puntuaciones en los tests de inteligencia durante su etapa escolar que los niños alimentados con lactancia artificial.

- Protección anti-infecciosa
La lactancia materna protege al bebé frente a muchas enfermedades infecciosas, sobre todo intestinales y respiratorias. Lo hace mediante las sustancias específicas que contiene, que luchan contra los microbios y los destruyen. Incluso la leche de madre contiene ¡células vivas¡ que protegen contra las infecciones. Así los bebés lactados al pecho tienen menores posibilidades que los alimentados con biberón de padecer enfermedades como gastroenteritis aguda (diarrea), catarros, bronquiolitis y otitis. Esta cualidad de la leche materna es casi imposible de conseguir en una leche fabricada artificialmente.

- Protección contra la muerte súbita
Los bebés lactados al pecho tienen menos posibilidades de padecer la terrible enfermedad llamada “muerte súbita del lactante”, sobre todo si además se toman otras medidas contra ella como son evitar totalmente el tabaquismo materno o colocar al bebé para dormir en posición boca arriba (decúbito supino).


- Protección contra las alergias
Está demostrada la protección que ofrece la lactancia materna frente a la posibilidad de adquirir muchos tipos de alergia (asma alérgico, dermatitis atópica, intolerancia a las proteínas vacunas, etc.). Pero esta protección solo existe cuando la lactancia materna es “exclusiva”, es decir sin tomar además ningún tipo de biberón, incluso en los primeros días de vida. Por esta razón es importante que al bebé recién nacido no se le ofrezca ningún tipo de alimento salvo la leche de su madre y que siga así durante el mayor tiempo posible. La protección anti-alérgica es mayor cuanto más duración tiene la lactancia materna exclusiva.

- Incrementa el vínculo madre-hijo
Un acto tan íntimo como el ofrecer una madre su propia leche a su hijo, el contacto con su piel, la sensación de que le continua dando vida después del parto, incrementa la unión, el vínculo madre-hijo (“bonding”), la unión psíquica cariñosa con el bebé que durará toda la vida.

- Facilidad en la toma
La lactancia materna no necesita un ritual de preparación con numerosos utensilios como ocurre con la artificial con el biberón. Está preparada por la propia naturaleza, es de fácil disponibilidad, siempre está a la temperatura cálida adecuada, lista para que la tome el bebé y además completamente estéril, libre de microbios sin posibilidad de contaminación.

- Natural y ecológica
Como no necesita fabricación industrial como la artificial, la lactancia materna no contamina el medio ambiente, no produce residuos como CO 2 , vidrios, plásticos, etc. Además incluso tiene un factor económico favorable, ya que la lactancia artificial con biberón es cara, un aspecto importante en tiempos de crisis.

Muchas madres desconocen todos estos aspectos favorables de la lactancia materna. Otras no. A pesar de todo muchas tienen dudas, sobre todo para comenzarla: piensan que si será difícil, si no tendré la “subida de la leche”, si no tendré suficiente para las necesidades del bebé, si mis pechos son algo pequeños, si el pezón está así o asá, si tengo que incorporarme pronto al trabajo y no podré continuar, etc. Todos estos miedos son infundados. La inmensa mayoría de madres pueden dar lactancia materna sin ningún problema. Es verdad que, como en todo, hay que conocer un poco la técnica de darla, que requiere unas cuantas normas que se aprenden fácilmente, sobre todo con la práctica. Pero no hay que tener ninguna duda, ¡lactancia materna!.

No solo se beneficia el bebé de la lactancia materna. También la madre. Algunas tienen la preocupación de cómo quedarán estéticamente los pechos después de la lactancia. Pues quedan naturales y además, ¡muy importante!, más protegidos. Porque está demostrado que la lactancia materna protege contra una de las enfermedades graves más frecuentes de la mujer madura: el cáncer de mama. No es que la madre que ha lactado no tenga la posibilidad de tenerlo, pero está comprobado que el pecho que ha amamantado tiene menos posibilidades de tener cáncer que el que no ha amamantado.
En los próximos artículos expondremos las normas prácticas para dar el pecho y para conseguir una lactancia sin problemas.

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