Los pañales desechables son de un solo uso. Están formados por diversas capas, que pueden ser de celulosa o poliéster -materiales que absorben los líquidos- y una capa exterior impermeable que evita que la piel del bebé entre en contacto con la humedad y se irrite. Los pañales desechables se sujetan a la cintura del bebé con bandas de velcro o adhesivas, y tienen elásticos en los laterales para ajustarse a las piernas del bebé. Además, hay nuevos modelos que simplemente se colocan como si fueran unas braguitas y no necesitan cerrarse.
Hoy en día son los pañales más utilizados, por su comodidad. En cambio, sus desventajas son que producen gran cantidad de residuos y contaminan más, además de suponer un mayor gasto para las familias.