Nadie duda de lo importante que resulta la leche natural para el óptimo desarrollo de tu bebé, sin embargo hoy en día la decisión que puede acercarte a la leche artificial no siempre podrás tomarla a libre elección. Tu salud física juega un rol esencial en la alimentación de tu bebé.
Quienes la eligen por voluntad propia encuentran en ella una excelente alternativa en la organización de sus horarios; entre la casa, el trabajo; e incluso si necesitan salir de viaje pueden hacerlo con total libertad y a sabiendas de que sus hijos recibirán la mamadera en el tiempo oportuno.
Por el contrario, tú puedes encontrarte en el grupo de las mujeres que por razones adversas se ven obligadas a recurrir a la leche de fórmula. Si presentas alguna de las enfermedades o afecciones mencionas a continuación deberías pensar seriamente en descartar la lactancia materna:
- Tuberculosis activa u otra infección de gravedad
- Enfermedades serias al riñón o al corazón
- Anemia severa
- El VIH o SIDA (se transmiten a través de la leche materna)
- Medicamentos suministrados durante el embarazo (antidepresivos, sedantes)
- Cirugías mamarias (efectos negativos pero no en todos los casos)
- Consumo de drogas (se transmiten a través de la leche materna)
