Si ya has sido madre conoces de sobra la situación de la que vamos a hablarte, y si vas a serlo dentro de poco, la descubrirás enseguida: cuando nos disponemos a contratar a una niñera para nuestros hijos empiezan a surgirnos las preguntas.
¿Será una buena cuidadora para mis pequeños?, ¿cómo puedo estar segura de que estarán bien atendidos?, ¿si pasa algo en casa sabrá cómo reaccionar? Son todas ellas dudas muy lógicas que resulta fundamental responder para quedarnos tranquilas y escoger la mejor niñera entre todos los canguros que podemos encontrar.
Por eso, vamos a proponerte una serie de consejos para que te sea sencillo decantarte por la ideal para ti, de forma que estés tranquila sabiendo que tus pequeños están en las mejores manos (después de las tuyas, claro).
Obviamente, para identificar a una buena niñera en primer lugar deberás conocerla un poco y ver cómo trabaja. Para ello, antes de nada encuentra a una niñera cerca de tu zona. Existen páginas web como Sitly que cuentan con un dispositivo de geolocalización que te permitirá ver los perfiles de las niñeras y canguros disponibles en tu misma zona o barrio. Luego contrátala por unos días en que tú te encuentres en casa -avisándole que está en período de pruebas- y observa una serie de aspectos que te comentamos seguidamente:
- Puntualidad. Este aspecto es clave en cualquier trabajo, y no digamos cuando se trata de cuidar a los hijos de otra persona. El primer día sabrás si se trata de una persona profesional. Por supuesto, puede que puntualmente sufra algún imprevisto y llegue tarde por causas ajenas a ella, pero en ese caso te avisará antes de llegar. Si esto se repitiese a menudo el caso sería distinto, y podría tratarse de alguien que no se toma demasiado en serio su trabajo.
- Relación con tus hijos. Tras unos pocos días con ella, tus hijos ya habrán establecido unos lazos con su canguro. Como si de una buena amiga se tratara, la niñera generará en ellos alegría y ganas de interactuar. Aquí influye mucho el carácter del niño y el de la propia niñera -las hay más extrovertidas que otras-, pero en general entre ellos se crea complicidad y el pequeño se alegra al verla y está feliz en su compañía. Por eso, como estos días de prueba estarás con ellos en casa, podrás comprobar la sintonía que existe entre ambos. Si tus hijos parecen inquietos pasados unos días (en que ya deberían haberse acostumbrado a ella) quizá sea mejor buscar a otra con la que conecten mejor.
- Proactividad. Una buena niñera debe estar preparada para solventar cualquier situación que se presente. Cuando los pequeños tienen hambre se ocupará de darles de comer, si tienen ganas de ir al lavabo les acompañará y/o cambiará los pañales, si tienen ganas de jugar jugará con ellos, si no se encuentran bien te llamará rápidamente y contactará con el servicio de emergencias si es necesario, etc. En definitiva, no se limitará a quedarse sentada en el sofá viendo la televisión hasta que llegue la hora de marcharse. Será una profesional proactiva y con capacidad de decisión para darles los mejores cuidados.
- Disciplina. No nos referimos solamente a que sea disciplinada en la supervisión de las normas que deben cumplir tus hijos mientras están bajo su tutela, y que tú le facilitarás, sino también a que acate las normas que tú le transmitas sobre cómo debe actuar en todo momento, así como en situaciones más concretas. Una buena niñera tomará estas normas como referencia para cuidar de tus hijos y que sigan tus pautas.
- Transparencia. Si durante estos días de prueba has tenido que ausentarte en algún momento, puede que al volver quieras saber cómo ha transcurrido todo, especialmente si observas que algo fuera de lo común ha ocurrido mientras no estabas. Si la niñera es profesional ella misma te dará un parte de la situación en estos casos sin que se lo pidas, contándote los pormenores de lo sucedido.
