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El embarazo es una etapa muy bonita, aquella en la que se gesta una nueva vida en el interior de la madre. Pero como cabe suponer, es también una actividad en la que se sufre un gran desgaste, que requiere de un sobreesfuerzo a todos los niveles.
El embarazo, además, te hace tomar conciencia de tu nueva realidad, de la maternidad inminente que se avecina, pues en nueve meses hay más que tiempo suficiente para asimilar nuestra nueva posición en el mundo como personas responsables de otro ser. Con cada nuevo cambio en tu cuerpo serás más consciente de esta nueva criatura que está dentro de ti y con la que te unirá un vínculo de por vida.
Es un buen momento para prepararse en todos los sentidos para lo que está por llegar: cambios de ritmos biológicos y psicológicos en tu día a día, noches en vela, pero también un amor puro e infinito que, sin saber muy bien cómo definir, hace que una sola sonrisa de tu bebé cambie el mundo por completo.
Para los preparativos de la casa, para adaptarla, para que el nuevo miembro de la familia que está en camino encuentre un lugar acogedor y para otras muchas decisiones que tendrás que tomar -como por ejemplo la elección de su nombre-, puedes buscar ayuda en sitios especializados como el blogdelbebe.com, un espacio dedicado al mundo del bebé e infantil, donde es posible encontrar todos los artículos que tu pequeño va a necesitar próximamente.
Pero hay unos preparativos que, a la larga, van a cobrar todavía una mayor importancia: los valores que guiarán la vida de tu pequeño.
La infancia, una etapa clave en la vida de una persona
Como padres la faceta realmente alucinante, y compleja, viene después del nacimiento, cuando somos plenamente conscientes de que cada acción nuestra tiene una respuesta en nuestros hijos, y que, además, con la suma de todas ellas se irá formando su carácter. No solo somos su ejemplo a seguir, sino que es tal la influencia que tenemos sobre ellos, que nos consideran poco menos que sus superhéroes. Tenemos un tremendo impacto en su desarrollo.
Los expertos aseguran que la infancia es la etapa más importante dentro del desarrollo de una persona, la época en la que se forma la personalidad, se desarrolla el carácter y se adquieren los valores. Los más importantes están relacionados con la propia personalidad del individuo, los valores éticos, y con aquellos que son comúnmente aceptados por la sociedad, los valores morales.
Por qué son tan importantes los valores que transmitiremos a nuestros hijos
Hoy en día es especialmente importante educar en valores en una sociedad que está tan mediatizada y donde el dinero suele considerarse el máximo exponente de triunfo en la vida. El estatus de una persona se mide en función de la casa o el coche que tenga, es decir, de su poder adquisitivo. Este enfoque contribuye a formar a personas con carencias afectivas y emocionales, algo que nadie quiere para sus hijos.
La felicidad, en cambio, se encuentra en las personas que tienen un objetivo en la vida, un propósito, y que son capaces de luchar hasta conseguirlo sin dejar de lado sus convicciones éticas y morales.
En este sentido, la familia -principalmente los padres o tutores- y la escuela juegan un papel esencial en esa adquisición de valores para que los niños sean en el futuro personas bien adaptadas, con firmes convicciones que les hagan actuar respetándose a sí mismos y a los demás.
