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Aunque al hablar de halitosis siempre pensamos en personas adultas, el mal aliento también afecta a los bebés. Ese olor desagradable que se desprende al hablar o simplemente al respirar, puede tener distintas causas y, especialmente en el caso de los bebés y niños puede enmascarar alguna afección o enfermedad que hay que descubrir y tratar.
Tal como señala la American Dental Association (ADA), numerosos estudios apuntan a que más del 50% de la población ha tenido halitosis en algún momento de su vida. Este problema, no siempre directamente relacionado con una deficiente higiene bucal, afecta no solo a la salud, sino también a aspectos psicológicos como la autoestima o la falta de autoconfianza, tanto en mayores como en niños.
El mal aliento puede originarse en la boca por múltiples causas: presencia de una caries, piorrea o cualquier otra enfermedad relacionada con las encías, existencia de una pequeña herida o simplemente por la acumulación de bacterias debido a un cepillado dental insuficiente. En este sentido, hay que recordar la importancia del cuidado buco dental y de las revisiones periódicas en el dentista a las que debemos acudir. En cuanto un bebé tiene sus primeros dientes, aunque sean de leche, el cuidado de su boca y la atención por parte del especialista es fundamental.
¿Por qué un bebé puede tener mal aliento?
La causa más común de la halitosis infantil está relacionada con algún tipo de afección en la garganta o la nariz. Si no presenta problema alguno de dentición y la salud de su boca y encías es la correcta, el mal aliento en el bebé puede deberse, entre otras, a las siguientes causas:
- Inflamación de las amígdalas (fruto, tal vez, de una infección).
- Alteraciones en las adenoides (las llamadas “vegetaciones”).
- Fuerte irritación e inflamación de la garganta.
- Afección de los ganglios linfáticos.
- Obstrucción nasal provocada por mucosidad excesiva o por la presencia de algún cuerpo extraño.
Además de estas causas probables, el mal aliento persistente en los más pequeños también puede ser síntoma de algún problema relacionado con el aparato digestivo. La acidez, el reflujo o una gastritis pueden estar detrás de ese olor anormal especialmente llamativo en un bebé que por supuesto no fuma, toma café ni ingiere aún alimentos de fuerte aroma como las cebollas o los ajos.
Por último, en ocasiones, determinados medicamentos pueden provocar halitosis en los más pequeños, aunque por norma general desaparece cuando se suspende el tratamiento.
¿Cómo prevenir y combatir el mal aliento?
La experta en naturopatía y bioterapia Sandra de guiatucuerpo.com nos indica una serie de consejos y remedios caseros para combatir la halitosis también cuando se presenta en los bebés.
Sin duda, iniciar una correcta higiene buco dental en cuanto el niño tenga sus primeros dientes es la primera medida preventiva para evitar problemas de mal aliento. Siguiendo siempre las indicaciones del pediatra, el cepillado de los dientes y de la lengua debe iniciarse lo antes posible. También es importante comprobar que el nivel de salivación del pequeño es correcto y que no presenta sequedad en la boca. Por último, si hay obstrucción nasal por mucosidad, lavar cuidadosamente la nariz puede resultar de gran ayuda.
En cuanto a los posibles remedios, hay muchos alimentos que pueden contribuir a combatir el mal aliento, aunque el hecho de dárselos a un niño siempre dependerá de su edad. Para ello debemos consultar siempre a nuestro pediatra, quién nos indicará qué alimentos podemos dar a nuestro hijo y cuáles es mejor evitar según su edad y características personales.
Los alimentos probióticos como los yogures, que cuidan la flora intestinal favoreciendo el correcto proceso digestivo, son efectivos a la hora de neutralizar el mal aliento. Para niños que ya toman alimentos sólidos, la manzana es también una excelente aliada contra la halitosis. Los zumos de frutas y las papillas o purés de verduras no solo son saludables para los más pequeños sino que ayudan a prevenir y combatir este problema.
