Al contrario a lo que pudiéramos pensar, la práctica de ejercicio moderado hasta el término del embarazo no perjudica el peso o la talla del bebé. Así lo demuestra un estudio publicado recientemente en el Internacional Journal of Obesity, donde se observó la relación positiva entre el peso de mujeres sedentarias antes del embarazo y el tamaño corporal de su bebé al nacer.
El estudio incluyó a 160 mujeres embarazadas, con hábitos sedentarios; pero sin riesgo a sufrir un parto prematuro. Todas ellas tenían entre 25 y 35 años, e iniciaron un programa de ejercicios durante el segundo y tercer trimestre de embarazo, siendo seguidas muy de cerca por especialistas del Hospital Severo Ochoa (Madrid) en colaboración con otros profesionales en la salud.
Según Jonatan R. Ruiz, investigador en el Instituto Karolinska de Suecia, y autor de la investigación; tanto las mujeres que practicaron ejercicios durante el embarazo, como las que no lo hicieron mostraron un tamaño corporal y edad gestacional similares, descartando totalmente la idea de riesgos sobre la salud del bebé o de la madre debido a la practica de deporte.
Asimismo, observaron la relación entre un mayor peso del recién nacido, debido a sedentarismo de sus madres antes del embarazo, a diferencia de las gestantes que siguieron el entrenamiento en los últimos 6 meses de embarazo que no presentaron estas complicaciones.
Según los investigadores, los bebés con un peso superior a los 4 kg tienes más probabilidades de sufrir diabetes o desarrollar cáncer en su edad adulta y sin ir más lejos, el parto puede tener más riesgo para ellos.