Consecuencias del sufrimiento fetal

Ante cualquier diagnóstico que nos confirme que algo no va bien en nuestro embarazo es normal que nos angustiemos. Ni que decir que esa preocupación se multiplica cuando es el bebé el directamente implicado. Nos ocupamos de señalarte cuáles son las posibles consecuencias del sufrimiento fetal, para que estés preparada.

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Una vez más te emplazamos a no venirte abajo. No porque no pueda haber secuelas del sufrimiento fetal verdaderamente graves, si no porque no tienes que olvidar que, con una pronta actuación médica, lo normal es que todo se quede en el susto. De hecho, los especialistas en el embarazo clasifican las consecuencias del sufrimiento fetal en tres grupos: reversibles, irreversibles y muertes neonatales. Te adelantamos que las más frecuentes son las reversibles que es sinónimo de bebés que se recuperan por completo, sin que les quede secuela alguna.

Secuelas a largo plazo del sufrimiento fetal

Dentro de las distintas posibilidades y tras conocer los 5 signos de sufrimiento fetal, es evidente que merece la pena centrarse en las consecuencias a largo plazo del sufrimiento fetal, porque son los casos en los que este problema va a dejar huella en nuestro hijo. No sin antes insistir en que responden a un porcentaje menor, ya que la pronta y eficaz actuación de los profesionales médicos que nos atienden suele evitar que se llegue a este extremo.

En la mayor parte de los casos, el factor determinante es la hipoxia, la deficiencia de oxígeno en la sangre, células y tejidos, imprescindible para el correcto funcionamiento y desarrollo de los órganos del bebé. El nivel de esta carencia y la duración de la misma son los factores clave que dan lugar a secuelas como:

• A corto plazo, fallos multisistémicos que afectan a órganos vitales que desemboquen en diabetes, problemas renales o de calcio y metabólicos en general.
• Enfermedad de la membrana hialina: significa inmadurez en los pulmones del bebé, propia también de los bebés prematuros. Aunque se mejora con medicación puede implicar asma y otros problemas respiratorios.
• Trastornos en la psicomotricidad de nivel muy variable, desde lentitud en los reflejos, retraso para caminar, dificultad de coordinación… hasta casos de parálisis.
• Daños cerebrales, también de muy diferente gravedad: dislexia, epilepsia, déficit de la percepción visual o del lenguaje o retraso mental.
• En situaciones extremas el desenlace es la muerte del bebé.

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Secuelas psicológicas del sufrimiento fetal

Un apartado especial, que cada vez está siendo objeto de mayor interés y estudio es el que se refiere a las consecuencias psicológicas del sufrimiento fetal. Abarca un conjunto muy amplio de diferentes manifestaciones que, en muchas ocasiones suelen estar interrelacionadas. No hay pruebas contundentes, pero hay bastante unanimidad en que repercute en mayor o menor medida en temas como:

• Falta de concentración y retraso en el aprendizaje
• Niños con un carácter difícil e incapacidad de seguir pautas de comportamiento
• Depresión, ansiedad y altos niveles de frustración
• Niveles elevados de miedos irracionales
• Tendencia a la agresividad

En general, se trata de conductas que dificultan la integración y sociabilización de estos niños según van cumpliendo años. Hay especialistas que incluyen el sufrimiento fetal entre uno de los factores que desencadenan patologías graves como las distintas variables del autismo o el TDAH, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad.

Ha sido tras años de observación de padres que se llevaban a sus bebés a casa después de un embarazo o parto con sufrimiento fetal sin signos aparentes de secuelas. Y, al cabo de los años, sobre todo en el momento de la escolarización se empezaban a percibir diferencias con el resto de los niños. Pero, en todo caso, a la vez se ha comprobado que con la terapia adecuada la mayoría de ellos logran un desarrollo normal y superan las dificultades originadas como consecuencias del sufrimiento fetal.