Se suele decir que durante el embarazo, cuesta más dormir o que, por el contrario, se presenta más somnolencia. Depende de la etapa del embarazo en la que te encuentres, experimentarás algunas alteraciones del sueño u otras.
Durante el primer trimestre: Se experimentará un estado de somnolencia y aumento de la necesidad de dormir en el embarazo, debido al aumento de progesterona, que se triplica y que tiene un efecto sedante directo sobre el cerebro.
Durante el segundo trimestre, el aumento de la frecuencia en la necesidad de orinar también puede ser un impedimento para conciliar bien el sueño, pues ésta se verá interrumpido.
En el tercer trimestre, los motivos que pueden interrumpir el sueño son varios, seguirá la frecuente necesidad de orinar así como la incomodidad por la barriga, ya muy adelantada en esta fase. Los movimientos del feto también pueden resultar algo incómodos en el descanso, así como la ansiedad por la proximidad del parto y el miedo a los cambios.
Durante el embarazo los sueños se pueden volver más reales y puedes tener más frecuentemente pesadillas, el estrés debido a la preocupación por la salud del bebé, por la capacidad que tendremos para ser madres, el miedo al parto y la preocupación de los cambios que pueden darse en la pareja, pueden ser el resultado del insomnio durante el embarazo.
Es aconsejable acostumbrarse a mantener un horario para ir a dormir y levantarse. Hacer algo que resulte relajante a las horas previas al sueño, como un baño relajante, beber un vaso de leche con miel, una taza de té sin teína y lo más importante que ninguna de las bebidas contengan cafeína.
Si lo que provoca el insomnio es el miedo o la ansiedad, apuntarse a clases preparto o de paternidad pueden ayudar, el conocimiento sobre el tema y la compañía de mujeres en nuestra misma situación ayudarán a superar miedos y preocupaciones y por lo tanto nos ayudará a dormir mejor.