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Obtener un embarazo es un deseo para muchas parejas y, en ocasiones, se vuelve un objetivo casi imposible. En ese camino, surge la incertidumbre y el estrés, que dificultan la fecundación, y también puede que exista algún problema de fertilidad.
Ante esta situación, los expertos recomiendan que se acuda a un especialista para determinar cuáles son las causas y averiguar si es un problema físico o biológico. No obstante, es importante que pase un lapso de un año de intentos. Y, en el caso de que la mujer sea mayor de 35 años, ese tiempo se suele reducir a seis meses.
La edad es uno de los factores más decisivos. Cuando se opta por la reproducción asistida, es normal que surjan dudas sobre las técnicas que existen, por lo que vamos a explicar en qué consiste el tratamiento de inseminación artificial paso a paso.
Inseminación artificial: ¿Cuándo recurrir a ella?
Entre todas las técnicas, la inseminación artificial es una de las más demandadas y de las más sencillas. Conocer cuándo está especialmente indicada es importante y las causas de no quedarse embarazada pueden ser diversas.
La infertilidad masculina se puede deber a alteraciones leves o moderadas en la calidad del esperma, problemas de erección o eyaculación. Por la parte femenina, pueden surgir problemas en la ovulación, alteraciones del moco cervical o vaginismo, así como una endometriosis leve.
Cuando se juntan factores leves en ambos miembros de la pareja, se dificulta enormemente conseguir un embarazo. En algunos casos, la esterilidad es de origen desconocido y no se consigue detectar la causa exacta.
Por otro lado, existe la posibilidad de realizar una inseminación artificial con semen de un donante anónimo, indicado cuando la pareja masculina sufre de azoospermia (ausencia de espermatozoides) o por alteraciones genéticas, para mujeres con pareja femenina o aquellas que desean ser madres y no tienen pareja.
Tratamiento de inseminación artificial paso a paso
Hay que dejar claras las diferencias entre la inseminación artificial y la fecundación in vitro. Son dos técnicas de reproducción asistida muy diferentes.
En la inseminación artificial, la fecundación se produce directamente en el interior del útero de la mujer. Mientras, en la fecundación in vitro, se extrae el óvulo y se insemina con un espermatozoide en el laboratorio para después transferir el embrión al útero materno.
El paso a paso de la inseminación artificial consta de varias etapas y todas ellas siempre están bajo supervisión médica especializada. Consta del siguiente proceso:
1. Estimulación ovárica
Primero se realiza una estimulación ovárica con bajas dosis de hormonas (FSH) para tener un ciclo ovárico controlado y que maduren varios óvulos. Esta fase dura entre 5 y 12 días, según la medicación. Este paso se realiza siempre, sea la mujer fértil o no, para aumentar el éxito.
2. Preparación de la muestra
Pasados esos días, se prepara la muestra de semen, ya sea de la pareja o de un donante anónimo. Esta entra en el laboratorio para ser procesada y hacer una capacitación espermática para concentrar los espermatozoides de mayor calidad, eliminando los muertos y seleccionando aquellos con mayores posibilidades de fecundar el óvulo. A continuación, la muestra se introduce en la cánula de inseminación.
3. Proceso de inseminación
Llega entonces el momento más esperado, depositar la muestra de los espermatozoides seleccionados. Horas antes se inyecta a la mujer una hormona para provocar la ovulación. Todo el proceso de la inseminación dura entre 10-20 minutos, pero la introducción de la cánula es tan solo unos segundos y es indoloro, parecido a una citología. Suelen realizarse alrededor de 3 ciclos de inseminación.
Las tasas de éxito varían, pero la inseminación artificial conyugal está en el 20% y la de un donante en el 30% en un solo ciclo.
Se trata, por tanto, de una solución ideal para aquellas parejas que quieren tener un bebé y no pueden obtenerlo de forma natural.
