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Una de las primeras decisiones que debe tomar una madre cuando su bebé llega al mundo es qué tipo de alimentación recibirá su pequeño. Es decir, si se decanta por la lactancia materna o la lactancia artificial.
La Organización Mundial de la Salud expone que lo más recomendable es que los bebés menores de seis meses se alimenten en exclusiva de leche materna. Una vez pasada esta primera etapa, se pueden empezar a introducir alimentos sólidos, aunque la leche debe seguir siendo una parte representativa de la dieta del bebé durante los primeros años.
Principales nutrientes que debe recibir un bebé
Existen una serie de nutrientes que son fundamentales en la alimentación del recién nacido:
El calostro
En primer lugar, es importante saber qué es el calostro. Se trata de un líquido que genera el pecho materno tras el nacimiento del bebé. Tiene lugar durante los primeros días, justo antes de la producción de la leche materna, que suele aparecer a las 72 horas del parto.
Las proteínas
Es muy importante que el bebé reciba la cantidad adecuada de aminoácidos esenciales, a través de la lactancia materna o artificial. Se calcula que el aporte mínimo de proteínas que debe recibir el lactante es 1,5 gramos por kilo de peso al día y el aporte óptimo es de 2 gramos por kilo de peso al día.
Los hidratos de carbono
Los hidratos de carbono deben administrarse principalmente en forma de lactosa, sobre todo en los primeros seis meses de vida. Este objetivo se consigue tanto con la lactancia materna como con la artificial.
El aporte de hidratos de carbono aproximado para el lactante debe ser de unos 60 gramos diarios en el primer semestre y unos 95 gramos en el segundo semestre.
Grasas
Entre un 3 y un 6% de las grasas que ingiere el bebé a diario deben ser en forma de ácido linoleico. El aporte aproximado de grasa que debe tomar un lactante es de unos 30 gramos por día.
Los minerales
Entre los minerales que debe tomar el recién nacido, los más importantes son el hierro, el calcio y el fósforo. El hierro se encuentra en mayor cantidad en la leche materna y también presenta una mejor absorción en esta.
Vitaminas
En el caso de las vitaminas, las más necesarias en esta primera etapa son las del grupo D, la vitamina K y las vitaminas A y B. Todas estas son más abundantes en la leche materna que en la de fórmula.
Lactancia materna
Dar el pecho a un bebé recién nacido está repleto de ventajas. La leche materna es el alimento perfecto para que el sistema digestivo del bebé esté en perfecto estado. Y es que, la leche materna contiene todos los nutrientes que el pequeño necesita para crecer y, además, se digiere rápidamente.
Uno de los aspectos más destacados de la leche materna es que contiene anticuerpos que protegen al niño de enfermedades de tipo infeccioso. Por ejemplo, las infecciones de garganta, del sistema respiratorio o de los oídos.
Numerosos estudios científicos han puesto de manifiesto que los bebés que son amamantados son menos propensos a ponerse enfermos cuando son adultos y a desarrollar enfermedades como el asma, las alergias o la diabetes. Además, se ha demostrado que la lactancia materna es una de las mejores opciones para evitar el sobrepeso infantil.
Lactancia artificial
Las fórmulas comercializadas para bebés intentan imitar a la leche materna y se acercan bastante. Por ello, la leche de fórmula comercial se ha convertido en una excelente alternativa nutritiva a la leche materna, aunque sin llegar a tener todas las propiedades de esta.
La alimentación con biberón o lactancia artificial ofrece más libertad y más flexibilidad a la madre. Además, con ella, es más fácil conocer la cantidad exacta de leche que está recibiendo el bebé en cada toma.
