El embarazo es un proceso que puede conllevar ciertas complicaciones. Una de ellas es lo que se conoce como alergia placentaria, penfigoide gestacional o alergia a la placenta en el embarazo. ¿Puedo tener alergia a la placenta durante el embarazo? No es habitual, pero sí. Te explicamos por qué.
¿En qué consiste la alergia a la placenta?
¿Puede una mujer embarazada ser alérgica a la placenta? Sí. Y todo se debe a una enfermedad autoinmune de la que todavía no se conoce mucho. Solo un pequeño porcentaje de mujeres embarazadas se ven afectadas por la penfigoide gestacional (una de cada dos millones de embarazadas). Esta circunstancia hace que el cuerpo de la embarazada se siente atacado por la presencia de la placenta y reacciona para defenderse.
La idea es que el tejido placentario, por lo general inofensivo, entra al torrente sanguíneo de la madre y, en esta ocasión, es atacado por un sistema inmunológico confundido. Se cree que el estrógeno, puede agravar la reacción, lo que podría explicar por qué la enfermedad se produce más frecuentemente durante los últimos meses de embarazo, cuando los niveles de estrógeno aumentan.
Síntomas de la alergia a la placenta en la mujer embarazada
Las reacciones se producen a nivel dérmico. La piel de la mujer empieza a experimentar la aparición de ampollas o ronchas con picor e incluso dolor. Estas alteraciones dérmicas suelen aparecer en el abdomen, las piernas y las nalgas. Estas erupciones cutáneas son bastante molestas y aparecen como reacción del sistema inmune.
Estos síntomas suelen aparecer de forma más evidente en el último trimestre del embarazo. Y suele repetirse en embarazos posteriores. Para tratar la alergia placentaria puedes realizar baños de agua tibia, compresas calmantes para aliviar el dolor o consultar con tu médico para que te recete algún tipo de corticoide tópico.