4 consejos para prepararse psicológicamente para el parto

¡Por fin llegó el gran día! Después de 9 meses de espera, de alegrías y momentos de idas y venidas, ya está a punto de llegar al fecha probable del parto y con ella vuestro bebé. Anota los mejores consejos para prepararte psicológicamente para el parto y coordinar tu cuerpo y tu menta llegado el momento.

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Las semanas previas al nacimiento del pequeño/a son especialmente duras debido a los dolores que se experimentan y a la pesadez que supone acarrear con el peso de un feto ya listo para vivir en el exterior. Otros factores que influyen en los últimos coletazos previos al parto también tienen que ver con el cansancio psicológico, pues la ansiedad por cómo será el parto y la espera debilitan mentalmente a la mujer.

¿Cómo prepararse emocionalmente para el parto?

Si se trata de un primer parto en la pareja, y sobre todo, para el cuerpo de la gestante, es probable que el miedo a no saber cómo van a ocurrir las cosas ante el parto surja con el paso de los días. ¿Cómo superar el miedo al parto? tener una preparación al parto de manera adecuada puede ayudar a gestionar las emociones vividas en este momento y a visualizar esta experiencia como algo bonito y muy importante en la vida de los padres.

El parto es un paso que forma parte de la maternidad, así que hay que tomarlo con naturalidad y aprender a reconocer que somos mujeres adultas, capaces de gestar a nuestro hijo, dar a luz y criar al bebé una vez nazca. Si empezamos a pensar de esa manera y creemos que prepararse emocionalmente para el parto es una buena manera de afrontar el momento, el panorama que nos vamos a encontrar los días previos al parto serán más llevaderos.

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El momento se acerca, por ello debéis conocer toda la información sobre ayunar en el parto, ya que nuestro hijo verá pronto la vida que nosotros estamos disfrutando y, para no llegar con temor, sino con fuerzas e ilusión, podemos seguir una serie de consejos para prepararte psicológicamente para el parto:

1. Conocernos a nosotras mismas: o lo que es lo mismo, saber cómo somos, de dónde venimos y como eso nos afecta en el embarazo y a la hora de ser madres. La conexión que tenemos con nuestra cultura, familia o antepasados nos aporta lecciones de vida y experiencias que nos hacen afrontar el momento del parto de una manera u otra. Concienciarnos de qué si en nuestra familia los hijos han nacido sanos y fuertes, nos ayuda a querernos más como madres y a saber que todo va a salir perfectamente. En este aspecto también te pueden ayudar la preparación al parto junto con tu pareja, y las mejores técnicas para controlar el dolor del parto.
2. Encontrar un balance emocional: cuando pensamos cómo prepararse psicológicamente para el parto nos surge la duda de si podremos controlar a las hormonas que, en los días previos al parto, están más alteradas que nunca. Por ello, debemos recordar que nuestro cuerpo es nuestro, y podemos orientarlo de la forma que más nos relaje. Tomarte tu tiempo y momentos del día en los que disfrutar de actividades que te resulten agradables y placenteras es una manera efectiva de manejar el estrés y las emociones negativas ante la proximidad del parto. Así pues, si algo nos perturba, debemos respirar hondo y encontrar el foco de la emoción, el origen, y elegir sentirnos diferente a ese estado que no es positivo. Además debes optar por la relajación para dormir en el embarazo y así descansar mejor para afrontar el momento del parto.
3. ¿Cuáles son nuestras expectativas?: El secreto para ser feliz, y más cuando se está a punto de traer una nueva vida al mundo, es tener las expectativas bajas, es decir, no tener la feliz idea de que todo va a ir bien sino pensar que pueden ocurrir cosas buenas y malas en una situación de este tipo, pero que pase lo que pase, el bebé llegará bien.
4. La serenidad es la reina de todas las emociones: la pieza clave para afrontar un parto es la tranquilidad con la que tomamos esta intervención. Confiar en el equipo médico que nos va a atender, desde la matrona hasta el ginecólogo que controla el embarazo hasta el momento de que llegue el recién nacido a la familia.