Cada una de las pruebas del embarazo tiene un funcionamiento y una interpretación y en la recta final te pondrán los monitores para controlar el estado de salud del bebé y registrar el ritmo cardíaco así como las contracciones. A la hora de interpretar el monitoreo fetal antes del parto siempre surgen dudas, así que sigue leyendo y descubre cómo leer un monitoreo fetal e infórmate.
Cómo entender el monitor de las contracciones
Antes de saber cómo interpretar el monitoreo fetal debes saber que la prueba de monitorización fetal puede hacerse o bien mediante un monitor externo o mediante un monitor interno que se conecta al cuero cabelludo del bebé para controlar su ritmo cardíaco. Se trata de una herramienta de vigilancia fetal.
Los monitores al final del embarazo sirven tanto para controlar la salud del bebé como para controlar las contracciones de la madre, en ocasiones también se usan en la primera etapa del parto.
El monitoreo continuo electrónico fetal o MEF informa básicamente de la constancia de las contracciones, lo que duran y su intensidad. Para entender cómo funciona el monitor de las contracciones es básico que saber que el trazado de esta prueba aumenta cuando comienza la contracción, la línea base será de 0 a 10 y los diagramas de la campana indican la tensión en los picos y vuelven a la línea base cuando la contracción ha terminado.
Hay que tener en cuenta que la intensidad de la contracción en el embarazo sólo se mide cuando se usa el catéter uterino y los trazados de esta prueba pueden variar dependiendo del tamaño de la mujer y de la colocación de la tocografía externa.
Al interpretar el monitoreo fetal y las contracciones uterinas tu médico te explicará que la presencia de la variabilidad es correcta y que el incremento del latido cardíaco del bebé debe coincidir con el inicio de una contracción.
Cuando las desaceleraciones variables y repentinas en forma de V descienden por debajo de la línea de base pueden interpretarse como la compresión del cordón umbilical y la necesidad de cambiar de posición. Por otro lado, las desaceleraciones tardías con caídas del ritmo cardíaco se traducen como signos de que el feto carece de suficiente oxígeno. Pero la frecuencias cardíacas bajas durante los pujos son normales por la compresión de la cabeza y en ellas se puede ver como durante las contracciones se recupera el ritmo cardíaco.
Para terminar de entender cómo funciona el monitor de las contracciones pregunta a tu especialista y recuerda que la frecuencia cardíaca media debe estar entre 110 y 160 latidos por minuto. Aunque esta puede variar según las condiciones del bebé, en caso de tener un frecuencia cardíaca que no cumpla estos parámetros significa que el feto no recibe oxígeno suficiente o otros problemas, por lo que es necesario programar el parto.
Antes de exponerte a la prueba puedes calcular las contracciones uterinas con la ayuda de una herramienta muy práctica, la calculadora de contracciones, en la que puedes conocer el tiempo de duración entre una y otra y el tiempo de duración de cada una de ellas.
Ahora que ya sabes cómo comprender el monitor de las contracciones no olvides que se trata de una prueba indolora que se realiza con frecuencia en los hospitales a partir de la semana 38.