¿La depresión posparto afecta al bebé?

Ya hemos hablado en varias ocasiones de los que siente la madre tras el parto, los síntomas de la depresión posparto o el baby blues, sin embargo, no hemos abordado cómo influye la depresión posparto en el entorno de la madre. Si en esta etapa tan delicada te cuestionas cómo afecta al bebé la depresión posparto, sigue leyendo.

Aunque la depresión posparto es muy natural en las mujeres que acaban de dar a luz tras el embarazo, la salud emocional tras el parto puede trastocarse y no deja de ser una situación complicada para ella y su familia. La depresión materna después del parto es una depresión leve y transitoria provocada por los cambios hormonales, el cansancio y otros factores.

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Tanto los familiares, como los amigos y el bebé o los hijos mayores pueden sufrir también, además de no saber muy bien cómo ayudar o colaborar para que la situación mejores. Si tu amiga tiene depresión posparto y no sabes cómo ayudarle: ofrécele tu apoyo, habla con ella, recuérdale que no está sola.

Por ello, cuando se detectan los síntomas de la depresión posparto después del embarazo, es vital empezar a tratarlo y de forma complementaria es recomendable que la familia se informe adecuadamente por parte de una especialista, acerca del trastorno, su evolución y cómo funciona el tratamiento de la depresión posparto.

Además de la mano de la información el círculo cercano de la madre conocerá los pasos que deben darse a medida que evoluciona la depresión y disminuirá la incertidumbre. Así se obtienen pautas acerca del cuidado de la madre y los pasos a seguir en el día a día disminuirá la incertidumbre y la sensación de impotencia.

¿Cómo afecta al recién nacido la depresión posparto?

Una de las mayores inquietudes del padre, de la madre y de los familiares es que el bebé tenga secuelas tras esta etapa. Ante la pregunta de cómo afecta la depresión posparto al bebé los expertos aseguran que la depresión postparto que no se trata puede tener riesgos cognitivos y a nivel emocional en el bebé tanto a largo plazo como a corto plazo. Estos riesgos cognitivos se pueden traducir como retrasos madurativos, es decir que el bebé puede alcanzar algunos hitos más tarde que el resto de bebés. Por ejemplo, puede tardar un poco más en desarrollar algunas habilidades comunicativas debido al menor número de oportunidades de interacción que ofrece una madre deprimida.

Por ello es esencial que si una mujer muestra alguna señal de depresión se ponga en manos de un experto, para iniciar el tratamiento cuanto antes.

De hecho los estudios sobre el tema confirman que el vínculo entra la madre y el bebé puede verse afectado debido a esta depresión. Dado que la madre no está emocionalmente disponible para cuidar al bebé.

En definitiva para evitar que tanto el bebé como el entorno de la madre en general se vea influido por los sentimientos que conlleva la depresión posparto, es vital transmitir a la madre empatía y apoyo, así como dejar siempre abierto el diálogo para animar y respetar el ritmo que marca la mujer en esta situaciones.