Ya has sido madre previamente, pero no has estado embarazada mientras tienes que cuidar de tu otro pequeño. Esto supone para ti ciertas dudas sobre el segundo embarazo que a lo largo de tu primer estado de gestación no se produjeron. ¿Puedo coger a mi hijo en brazos en el embarazo?
¿Es aconsejable coger a mi hijo en brazos en el embarazo?
Siempre se ha recomendado no hacer esfuerzos ni coger demasiado peso estando embarazada.
Entonces ¿puedo cargar o portear a mi hijo mayor en el embarazo? Si te ha tocado estar embarazada mientras tu primer hijo aún es pequeño es importante que sepas varias cosas:
- Cargar a tu hijo en brazos no va a suponer ningún riesgo para tu embarazo siempre y cuando no se trate de un embarazo de riesgo.
- Procura no coger a tu hijo demasiado tiempo para evitar dolores de espalda.
- Si es pequeño utiliza elementos como el pañuelo para el porteo o un portabebés para aliviar su peso.
- Durante estos meses no se recomienda hacer esfuerzos a la mujer embarazada, ya que los cambios hormonales y físicos que se sufren hacen que sea muy habitual contraer dolencias como ciática o lumbalgia, que pueden aparecer o agravarse si coges mucho peso.
- Durante la gestación el riesgo de sufrir lesiones aumenta porque los ligamentos se vuelven más laxos por la acción de las hormonas. Esto significa que las articulaciones son menos estables y es más fácil hacerse daño.
- El centro de gravedad de la mujer embarazada cambia desplazándose hacia la parte frontal del cuerpo. Esto implica que existe un mayor riesgo de pérdidas de equilibrio, por eso no es conveniente que cojas a tu hijo en brazos durante el embarazo durante mucho tiempo.
Cómo coger a mi hijo durante el embarazo
Ante cualquier duda sobre cómo coger a tu hijo mayor durante el embarazo, habla con tu especialista, nosotros te recomendamos que sigas una serie de indicaciones y que cargues a tu primer hijo en brazos siempre, no pese demasiado y tu embarazo no esté muy avanzado:
- Elige una postura adecuada.
- Abre ligeramente las piernas de modo que los pies queden en la misma línea que los hombros.
- Adelanta un pie si te resulta más cómodo.
- Después flexiona las rodillas y agáchate manteniendo la espalda recta hasta quedarte a la altura del niño (si puedes pídele que su suba a una silla).
- Cógele por las axilas y levántale evitando toda tensión en la espalda o la tripa.
- Reincorpórate suavemente hasta ponerte de pie.