Hoy en día, la cesárea se considera el procedimiento más seguro para resolver las complicaciones del parto vaginal y mantener el bienestar fetal. No obstante, el paso por una intervención como la cesárea sigue siendo uno de los mayores miedos a los que se enfrenta una mujer embarazada. Si unimos estos temores a los falsos mitos sobre este procedimiento quirúrgico este miedo se multiplica. Hoy vamos a aclarar algunos de los mitos de la cesárea.
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Falsos mitos sobre el parto por cesárea
Toda mujer embarazada ha oído hablar por experiencias ajenas de cosas relacionadas con el nacimiento del bebé por cesárea y cómo trascurre el momento del parto. Tal es así, que muchas de ellas han pasado a formar parte del pensamiento popular. Hoy día, existe mucha controversia en torno a esta intervención quirúrgica hallándose personas a favor y personas en contra. Sin embargo, es necesario aportar un cierto matiz científico y médico en torno a estos mitos sobre la cesárea.
- Los niños que nacen por cesárea siempre nacen bien: por desgracia, esto no es así. Esta intervención es más complicada que un parto vaginal, por lo que unos de los riesgos de un parto por cesárea es sufrir hemorragia cerebral.
- Es una operación sencilla: las cesáreas son intervenciones quirúrgicas complicadas. Una cesárea implica el control respiratorio, cardíaco y anestésico estricto, tanto de la madre como del bebé, y por ello es una decisión que se debe tomar una vez valorados sus riesgos y beneficios. Además, supone una recuperación postparto de la cesárea es mucho más larga.
- Los bebés que nacen por cesárea tienen peor salud: la salud de un niño no viene determinada por su manera de nacer. Al no tener que cruzar el canal del parto los bebés nacidos por cesárea no están expuestos a los gérmenes presentes en la vagina de su madre. De todas maneras, se necesitan realizar más estudios para llegar a realizar afirmaciones tan tajantes como ésta.
- Una vez que pasas por una cesárea el resto de partos no podrán ser vaginales: falso. Se ha demostrado que más del 50% de los partos pueden ser por vía vaginal, por lo tanto es posible tener un parto vaginal después de una cesárea, dependiendo de las circunstancias.
- El vínculo entre madre y pequeño tras la cesárea es menor: el vínculo afectivo de la madre y del bebé se desarrolla dentro del vientre materno y continúa fuera de él. Una vez que el niño nace se le coloca el bebé sobre el regazo de su madre para que la siga sintiendo. No importa si ha nacido por parto natural o por cesárea.
- La lactancia materna es peor si el niño nace por cesárea: no tiene por qué. Es posible que la leche tarde un poco subir nada más en nacer, pero la lactancia materna no se verá alterada. Las hormonas que necesitan para amamantar al bebé se producen durante el embarazo y no en el parto.
- La madre puede elegir un parto por cesárea siempre que quiera: la elección de un parto por cesárea siempre habrá de ser tomada en base a razones estrictamente médicas.
- El número de cesáreas ha aumentado y seguirá aumentando: falso. Según datos de la OMS muchas organizaciones médicas se han preocupado de redactar protocolos de actuación que prescindan de cesáreas evitables. La Organización Mundial de la Salud concluye que solo un 10% de los partos necesitarían de una cesárea y que esta cifra debería no ser sobrepasada. En los últimos años el número de cesáreas se ha reducido y se prevé que en los próximos lo siga haciendo también.
- El uso de la epidural aumenta las probabilidades de un parto por cesárea: no existe actualmente ningún estudio que demuestre que esta afirmación sea cierta.
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