Principales alteraciones de la piel en el recién nacido

La piel del recién nacido es especialmente delicada. No es de extrañar entonces que en sus primeros meses de vida aparezcan determinados trastornos cutáneos frecuentes en el bebé. La mayoría de estas alteraciones de la piel son inofensivas y desaparecen por sí solas con el paso del tiempo. Conocer cuáles de ellas son más comunes te ayudarán a identificar aquellas que necesitan de la supervisión de un médico especialista.

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Afecciones de la piel comunes de los bebé

Por lo general, la piel de los recién nacidos sufre una serie de erupciones tras su nacimiento. Gran parte de ellas pueden ser tratadas en casa, ya que no suponen daño alguno para el pequeño. Estas son las alteraciones de la piel en el recién nacido más habituales:

• Eritema neonatal fisiológico: esta afección de la piel afecta especialmente a los bebés prematuros y se caracteriza porque la dermis presenta un color rojizo intenso, con visión clara de los vasos cutáneos. Este color suele normalizarse a las 24 horas del parto.
• Ictericia fisiológica: la piel del bebé presenta una coloración amarillenta debido al aumento de la bilirrubina. La ictericia en el recién nacido es una afección de la piel que debe ser tratada con fototerapia.
• Síndrome del niño bronceado: se produce a consecuencia de la exposición a la fototerapia.
• Acrocianosis: cuando un recién nacido tiene una coloración azulada en las manos, pies y labios. Esta se puede intensificar con el llanto, o por el frío. Se alivia con un suave masaje.
• Discromía en arlequín: la piel del bebé presenta una coloración roja en la mitad del cuerpo y contrasta con la palidez de la otra mitad. Esta afección de la piel es más habitual en recién nacidos pretérmino o bajos peso. No es un problema serio y puede durar entre 30 segundos y 20 minutos.
• Vernix caseosa o Unto sebáceo: este es el manto graso que cubre la piel del recién nacido y que es más predominante en los pliegues. El unto sebáceo suele secarse y caerse a las pocas horas del nacimiento del bebé.

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• Lanugo: es el vello primitivo con el que nacen los niños. Suele crecer sobre los hombros, orejas y dorso, desaparece a lo largo de las primeras semanas de vida.
• Descamación fisiológica: se caracteriza por la presencia de pequeñas láminas que se llegan a convertir al descamarse en láminas mayores.
• Eritema tóxico neonatal: su origen es desconocido, aunque se cree que se debe a una reacción de hipersensibilidad, quizás por el roce de la piel del niño con la ropa. Es más habitual entre las 24-72 horas de vida en cualquier zona del cuerpo.
• Acné neonatal: su causa es debida a la estimulación hormonal de las glándulas sebáceas. El acné neonatal es un problema de la piel del bebé surge antes de los 3 meses de edad, en torno las 2 y las 4 semanas de vida y desaparece entre los 6 y los 8 meses de vida. Se asocia a un aumento de tamaño de las glándulas mamarias, a una vulvo-vaginitis descamativa con secreción mucoide y, a veces, hemorrágica.
• Milium: se trata de una lesión en la piel de un color blanco perlado. Se da en las mejillas, frente, nariz, mentón y pliegues de la nariz y los labios.
• Miliaria: se trata de erupciones que aparecen debido al sudor, en recién nacidos sometidos a un exceso de calor y humedad.
• Milk Rash: consiste en una erupción cutánea de los los primeros meses de vida que se localiza principalmente en las mejillas Se suele atribuir a una alergia a la leche.
• Mongólica: es una mancha azul que aparece desde el nacimiento y se localiza en la zona lumbo-sacra. Esta mancha puede llegar a extenderse a los glúteos e incluso hombros. Suele ir desapareciendo en los primeros años de vida, aunque puede persistir toda la infancia.
• Nevos telangiectásicos: son hemangiomas por dilataciones telangiectásicas y se localizan en párpados y nuca. Desaparecen al año de vida.