Alumbramiento: así es la tercera etapa del parto

El parto consta de 3 etapas: la dilatación, el expulsivo y el alumbramiento. La dilatación es el periodo que se da desde las primeras contracciones de la embarazada hasta la dilatación completa del cuello del útero. Por otro lado, tras la dilatación, tiene lugar el expulsivo, que comprende desde que el cuello uterino se encuentra totalmente dilatado hasta que el bebé sale por completo. Así, hoy vamos a hablar de la última etapa, el alumbramiento, en la que nos centramos a continuación.

Tipos de alumbramiento

Dean Drobot || Shutterstock

¿Qué es el alumbramiento?

Al finalizar el embarazo, se comienza el trabajo de parto, el alumbramiento es ese periodo entre la salida del feto y la expulsión completa de la placenta y de los restos del parto. Tras la salida del feto de nuestro cuerpo, tienen lugar unas contracciones mucho menos dolorosas que las que se dan durante el parto en sí y que sirven para expulsar los restos de la placenta, del cordón y de las membranas.


Este proceso de expulsión de la placenta y de los restos puede durar desde minutos hasta una hora completa, pero no es casi nada doloroso, ya que estas contracciones tienen lugar ya en reposo. Se trata de expulsar lo que nuestro organismo ya no necesita, ya que si algo permanece en nuestro interior puede dar lugar a infecciones y complicaciones muy serias, por eso esta etapa del parto es muy importante.

Así, tras la expulsión de todos los productos sobrantes del parto, tendrá lugar por parte de la matrona la sutura de los posibles desgarros producidos por el parto. Por último, se comprobará que el útero se ha contraído como es debido y se desinfectará la zona genital de la mujer. Asegurando así que todo está en orden y que no hay ningún tipo de complicación.

Allumbramiento de la placenta

Natalia Deriabina || Shutterstock

¿Qué tipos de alumbramientos existen?

Al hablar de tipos de alumbramientos, hablamos de dos en concreto:

  • Alumbramiento dirigido: este tipo de alumbramiento es el recomendado por la gran mayoría de los médicos, ya que es el más seguro. Se trata del alumbramiento más seguro porque, precisamente, está controlado mediante medicamentos; es decir, se inyecta a la embarazada oxitocina intravenosa. ¿Para qué se realiza esta administración intravenosa? Es fácil, se realiza para evitar las hemorragias que pueden darse tras el parto. Además, disminuye la duración de este periodo, la pérdida de sangre y, en consecuencia, la necesidad de una posible transfusión. Este tipo de alumbramiento dura normalmente un máximo de 30 minutos.
  • Alumbramiento espontáneo: este tipo de alumbramiento es realizado sin ningún tipo de medicamento. De esta manera, su duración suele rondar los 60 minutos, ya que ningún fármaco ayuda a la expulsión de los restos del parto (membranas, cordón y placenta, ya mencionados anteriormente). Es decir, como vemos, este alumbramiento duplica el tiempo que se da con el alumbramiento dirigido. Esta opción es totalmente aceptable y más si la embarazada tiene un riesgo bajo de sufrir hemorragia. Pero no es precisamente la opción más recomendada y esto se debe a que, como ya sabemos, la administración de fármacos evita hemorragias y pérdida de sangre, entre otras cosas. De todas maneras, muchas mujeres eligen esta opción para tener un parto lo más natural posible de principio a fin, aunque conlleve ciertos riesgos.

Son muy diversas las opiniones entre estos dos tipos de alumbramientos. Pero tanto el alumbramiento dirigido como el alumbramiento espontáneo son aceptables. La elección entre un tipo u otro, normalmente, suele depender de si la embarazada está en contra o no del uso de medicamentos de forma general. Ya que, si suele estar en contra de forma diaria en su propio organismo, no optará por ello tampoco en ninguna etapa del parto; y es totalmente lícito.

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